De tanto chocolate se nos fundió el alma,tantas fueron las cosas lindas que soltamos al alba,
ahora solo queda el escudo del hombre que enmudece.
El segundo en que tu voz se cae de tus labios,
para desarmar todo lo que hemos ofrecido,
cartas del olvido que no consiguieron destino.
Las palpitaciones en frecuencias,
que conoce nuestra ciencia,
y desconoce la razón.
Lo que perdimos en baldíos,
jugando como niños a descubrirnos en el amor,
tantos colectivos, a los que subimos sin sentido,
buscando un lugar para los dos.
Ya descubrí por que escribo,
y tiene un mero sentido…
Escribo porque me es dado,
escribo porque es abrazarte con fuego,
sorteando mis deseos, entre hojas de papel.
Y aunque no lo creas, cuando escribo,
te veo acariciando el esplendor,
desde un magnifico balcón,
que solo existe en mis sueños,
tanto como vos.
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