Testaruda la almohada me grita,
tira del poco pelo que me queda,
me muerde las orejas.
Me recuerda que a veces
esta bien tocarme hasta recordar tu perfume.
Después toca mi cuello,
efectuando una leve presión.
Mis piernas tiemblan de satisfacción
y la transpiración recorre mi frente.
Llegamos a la tregua
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